El Domo, la catedral.
El Domo, la catedral.

En Florencia disfrutamos de la pulcritud y del olor de la gente italiana, de los árboles quiescentes que adornan sus calles y que hemos vivido durante varios días, bajo la sombra de unos monumentos bellísimos, cuajados de luminosidad, que asombran a todos los que visitan la ciudad.


En la plaza Obradoiro
En la plaza Obradoiro

El Camino de Santiago en todas las etapas no es imposible aburrirse, pues tienen prácticamente de todo, y el peregrino estará entretenido. A lo largo de los 100 kilómetros que tiene el Camino, el itinerario se cubre por caminos buenos, tramos muy embarrados, descensos fuertes, pendientes suaves... Además, en ocasiones se cruza la vía del tren, varios ríos, estupendos paisajes, puente sobre el precioso embalse de Belesar... Si, a todo esto, le sumamos que el perfil no reviste ninguna complicación y que se pasa por el mojones que nos advierten del número que nos queda por cubrir, las etapas pueden son realmente llevaderas.


En una de las puertas de la muralla
En una de las puertas de la muralla

 

Nuestro camino hacia Ávila. Este viaje fue maravilloso, pues el sol nos lucía con el encanto resplandeciente de algunas mañanas de verano.

 

Nos escapamos por esos caminos perdidos y conseguimos alcanzar la paz que necesitamos a veces; todo era nuevo y sorprendente, emotivo y admirable, con paisajes encharcados por los últimos regueros de la nieve, donde las jaras por allá desprendían un olor a menta esparramada.